Y aquí tenemos al tercer vestido de verano hecho para la Princesita. Cada vez que iba con las Lauras a escoger telas, había una que me atraía especialmente. Al principio me resistía en comprarla porque no sabia exactamente que haría con ella pero al cabo de varias visitas, acabó en mi bolso y pensándo que haría con ella para que no quedase dentro de un cajón. La sorpresa fue que mi madre también compró una tela para hacer el segundo vestido para completar su armario con el primero, más clásico. Queria tener un par de vestidos para este verano y mientras mi madre empezaba con el suyo, yo empezé con el mio.
De vuelta de vacaciones, hoy la Princesita se ha puesto su tercer vestido y el resultado ha sido espectacular. ¡Está guapisima! Tanto es así que hoy por la calle, me he fijado que la gente se giraba para mirarla y admirarla y ella a cambio, regalaba sonrisas. ¿Que os parece? Ahora tendre que pensar en hacer algo para su hermano para que no surjan envidias. ¿Alguna sugerencia?
Y si, esta vez por fin se ha puesto mis zapatos preferidos para ella. La solución ha sido esconder sus chanclas y se ha puestos sus zapatos blancos de verano tan contenta. Ya lo dicen, «ojos que no ven, corazón que no siente» 😉